B i b l i o t e c a
E s c o l a r
Crónica en tres
actos
“Y todas las
cosas, o casi todas, las había aprendido a partir del estudio constante de los
libros, que eran la cosa –según don Pero no se cansaba nunca de decir a su
ayudante- de la que más podían los hombres instruirse y deprender, por ser los
libros los templos vivos de la ciencia y la fuente de la que fluye toda la
humana sabiduría y parte incluso de la divina”[1].
Acto
primero. ¿Para qué queremos una biblioteca
en la escuela si tenemos wi-fi, internet por cable, ordenadores,
pizarras interactivas, lecciones y libros digitales? ¿Por qué tanto esfuerzo,
tanto mimo y esmero para tener una buena biblioteca escolar?
A primera vista parece obvio que no es necesaria una
biblioteca escolar, disponiendo, como disponemos, de estos recursos enunciados.
Sin embargo, conviene aportar algunas reflexiones.
Comparto con Daniel Cassany que la biblioteca escolar
es un espacio flexible de futuro, en el que desarrollar la
competencia en información, que tanto precisan los niños en este mundo digital
donde, con tanto exceso la tenemos.
Una cosa es obtener información de Internet y otra
bien distinta es convertirla en conocimiento. Leer es hoy más difícil que en el
pasado. Hay más textos en más soportes y más lenguas, pero con mucha basura
adherida a ellos (mentiras, exageraciones, opiniones…). Por esto es más
necesario que nunca una buena formación inicial en el manejo de la información,
complementada con la imprescindible formación continua.
En definitiva, la biblioteca va a dejar de ser un
espacio para convertirse en una actividad…
Entre otras
cosas, para ello resulta imprescindible nuestra biblioteca escolar, que debe convertirse en un elemento abierto y
flexible dentro de la escuela.
Acto
segundo. Ya dábamos cuenta en
nuestro anterior número de Me En…Rollo, de que habíamos
iniciado el proceso de reordenación de la biblioteca de la escuela. Y en ello
seguimos, con la intención de que se adecúe, progresivamente a los
planteamientos esbozados en el acto primero.
Para ello hemos continuado con el espurgo documental y
bibliográfico de los fondos que actualicen y racionalicen el fondo.
Hemos instalado cartelería informativa sobre los
códigos de edad y materia, hemos recabado y adquirido fondos y complementos
necesarios para la organización y estamos a la espera de algunas modificaciones
que nos permitan redistribuir el espacio, en fin, como veis, seguimos en ello.
Acto
tercero.
El día 30 de noviembre se celebraron en Cáceres las VII
Jornadas sobre Bibliotecas Escolares en Extremadura. Pipe y Jesús
acudieron a la cita anual, en la que se ponen de manifiesto las nuevas
tendencias, estudios, experiencias y, sobre todo, se producen los reencuentros
con compañer@s y se departe en conversaciones interesantes y siempre
productivas.
En esta ocasión tuvimos la oportunidad de escuchar en
la conferencia inaugural al escritor Lorenzo
Silva, quien departió sobre la literatura, cerrando su intervención con una
encendida defensa de los derechos de autor, como garantía de libertad y
objetividad.
Pero, quizás, lo más interesante estuvo en las
aportaciones de la investigadora Inés
Miret. Nos ilustró con los principales resultados de dos informes
elaborados a partir de sus propios trabajos, en relación al funcionamiento y
los procesos de evaluación de las bibliotecas escolares.
Entresacamos algunas interesantes consideraciones al
respecto, a modo de aforismos:
·
Hay que hacer las cosas con pasión, profesionalidad y
buscando resultado.
·
La evaluación es la herramienta más eficaz para
mejorar. Los resultados de una evaluación pueden ser desconcertantes y no
corresponderse con el esfuerzo realizado. Pero sólo partir de ellos nos
permitirá repensar y avanzar.
·
Las bibliotecas escolares deben adaptarse a los
cambios de soporte, herramientas, tendencias…
·
Los alumnos no tienen problemas con el uso de las
herramientas tecnológicas. Son de uso generalizado. No obstante, sí tienen
dificultades con lo que deben o pueden hacer con ellas: localizar, analizar,
resolver…, debido a la rapidez en el acceso y el exceso de datos….
·
La colección de una biblioteca no es buena, si para
desarrollar los proyectos de trabajo hay carencia de fondos, aunque se cumplan
los parámetros internacionales.
Con estas consideraciones presentes, tenemos elementos
de reflexión y de análisis.
Por nuestra parte, seguiremos trabajando para que la
biblioteca de nuestra escuela contribuya a la formación y, lo que es más
importante, a la educación de los niños y las niñas.
Recordad: El autor sólo escribe la mitad del libro.
Éste debe completarse con la mitad que aporta el lector.
[1] GALÁN SÁNCHEZ, Pedro Juan. EL ALMA DEL VERDUGO. Premio Cáceres de Novela Corta, 1.996. Ed.
I.C. El Brocense. Cáceres, 1.997.
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