miércoles, 14 de diciembre de 2011

COSAS DE LA BIBLIOTECA

B i b l i o t e c a   E s c o l a r
Crónica  en  tres  actos

“Y todas las cosas, o casi todas, las había aprendido a partir del estudio constante de los libros, que eran la cosa –según don Pero no se cansaba nunca de decir a su ayudante- de la que más podían los hombres instruirse y deprender, por ser los libros los templos vivos de la ciencia y la fuente de la que fluye toda la humana sabiduría y parte incluso de la divina”[1].
Acto primero. ¿Para qué queremos una biblioteca en la escuela si tenemos wi-fi, internet por cable, ordenadores, pizarras interactivas, lecciones y libros digitales? ¿Por qué tanto esfuerzo, tanto mimo y esmero para tener una buena biblioteca escolar?
A primera vista parece obvio que no es necesaria una biblioteca escolar, disponiendo, como disponemos, de estos recursos enunciados. Sin embargo, conviene aportar algunas reflexiones.
Comparto con Daniel Cassany que la biblioteca escolar es un espacio flexible de futuro, en el que desarrollar la competencia en información, que tanto precisan los niños en este mundo digital donde, con tanto exceso la tenemos.
Una cosa es obtener información de Internet y otra bien distinta es convertirla en conocimiento. Leer es hoy más difícil que en el pasado. Hay más textos en más soportes y más lenguas, pero con mucha basura adherida a ellos (mentiras, exageraciones, opiniones…). Por esto es más necesario que nunca una buena formación inicial en el manejo de la información, complementada con la imprescindible formación continua.

En definitiva, la biblioteca va a dejar de ser un espacio para convertirse en una actividad…
Entre otras cosas, para ello resulta imprescindible nuestra biblioteca escolar, que debe convertirse en un elemento abierto y flexible dentro de la escuela.

Acto segundo. Ya dábamos cuenta en nuestro anterior número de Me En…Rollo, de que habíamos iniciado el proceso de reordenación de la biblioteca de la escuela. Y en ello seguimos, con la intención de que se adecúe, progresivamente a los planteamientos esbozados en el acto primero.
Para ello hemos continuado con el espurgo documental y bibliográfico de los fondos que actualicen y racionalicen el fondo.
Hemos instalado cartelería informativa sobre los códigos de edad y materia, hemos recabado y adquirido fondos y complementos necesarios para la organización y estamos a la espera de algunas modificaciones que nos permitan redistribuir el espacio, en fin, como veis, seguimos en ello.
Acto tercero.
El día 30 de noviembre se celebraron en Cáceres las VII Jornadas sobre Bibliotecas Escolares en Extremadura. Pipe y Jesús acudieron a la cita anual, en la que se ponen de manifiesto las nuevas tendencias, estudios, experiencias y, sobre todo, se producen los reencuentros con compañer@s y se departe en conversaciones interesantes y siempre productivas.
En esta ocasión tuvimos la oportunidad de escuchar en la conferencia inaugural al escritor Lorenzo Silva, quien departió sobre la literatura, cerrando su intervención con una encendida defensa de los derechos de autor, como garantía de libertad y objetividad.
Pero, quizás, lo más interesante estuvo en las aportaciones de la investigadora Inés Miret. Nos ilustró con los principales resultados de dos informes elaborados a partir de sus propios trabajos, en relación al funcionamiento y los procesos de evaluación de las bibliotecas escolares.
Entresacamos algunas interesantes consideraciones al respecto, a modo de aforismos:
·        Hay que hacer las cosas con pasión, profesionalidad y buscando resultado.
·        La evaluación es la herramienta más eficaz para mejorar. Los resultados de una evaluación pueden ser desconcertantes y no corresponderse con el esfuerzo realizado. Pero sólo partir de ellos nos permitirá repensar y avanzar.
·        Las bibliotecas escolares deben adaptarse a los cambios de soporte, herramientas, tendencias…
·        Los alumnos no tienen problemas con el uso de las herramientas tecnológicas. Son de uso generalizado. No obstante, sí tienen dificultades con lo que deben o pueden hacer con ellas: localizar, analizar, resolver…, debido a la rapidez en el acceso y el exceso de datos….
·        La colección de una biblioteca no es buena, si para desarrollar los proyectos de trabajo hay carencia de fondos, aunque se cumplan los parámetros internacionales.

Con estas consideraciones presentes, tenemos elementos de reflexión y de análisis.
Por nuestra parte, seguiremos trabajando para que la biblioteca de nuestra escuela contribuya a la formación y, lo que es más importante, a la educación de los niños y las niñas.

Recordad: El autor sólo escribe la mitad del libro. Éste debe completarse con la mitad que aporta el lector.


[1] GALÁN SÁNCHEZ, Pedro Juan. EL ALMA DEL VERDUGO. Premio Cáceres de Novela Corta, 1.996. Ed. I.C. El Brocense. Cáceres, 1.997.

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